Uno de los grandes desafíos que tenemos las
autoridades en su conjunto es solucionar el problema del caos vehicular que
existe en las principales ciudades de nuestro país. Pero este desorden es cada
vez más preocupante en Lima, se debe a la ausencia de una buena planificación y
la incorrecta aplicación de las normas de tránsito. Aquí es necesario tomar
decisiones y acciones conjuntas, que respalden una reforma integral que
contemple los anillos viales, transporte rápido, educación vial y renovación de
la flota vehicular. También, es necesario un reordenamiento de rutas, la
señalización y la semaforización con equipos de última generación. Otro aspecto
es el cumplimiento de las condiciones laborales de los conductores y cobradores
del transporte público, así como su respectiva capacitación. La Policía
Nacional del Perú debe tener un rol disuasivo y, cuando corresponda, hacer
cumplir las normas.
En los últimos años, las municipalidades
distritales y la metropolitana han asumido el reto de mejorar el tráfico vial.
Han ampliado y mejorado pistas, construido puentes, creado rutas alternativas y
se está aplicando una reforma en el transporte público. Pero el parque
automotor ha crecido demasiado. Ahora, por familia, el padre, la madre y el
hijo mayor, cada uno, tiene su vehículo. Para ser independientes y asumir sus
propias responsabilidades. En todo caso, debemos reconocer que Lima no es una
ciudad preparada para afrontar la actual densidad vehicular ni la
sobrepoblación, por lo que debemos ser pacientes a que las mejoras lleguen, por
ejemplo, el tren eléctrico y el Metropolitano, son proyectos alternativos para
desplazarse por la ciudad. Pero además de la paciencia se requiere aplicar una
educación vial adecuada y que las normas se apliquen y cumplan a través de la
Policía y la justicia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario