El estrés laboral podría desencadenar desde
malestares que no ponen en riesgo la vida, como la caída del cabello, hasta
enfermedades mortales, como el cáncer, advirtió el Sistema Metropolitano de la
Solidaridad (Sisol).
El estrés no solo provoca dolor de cabeza,
malestar o irritabilidad, si no que baja las defensas de nuestro sistema
inmunológico, lo que nos hace más propensos a adquirir una serie de
enfermedades.
Según datos de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT), cada año más de dos millones de personas mueren en todo el
mundo producto de enfermedades ocasionadas por la actividad laboral.
Anualmente se registran más de 160 millones
de casos de enfermedades profesionales no mortales, como dolencias a la piel,
pérdida de audición inducida por el ruido, disminución de la visión y
patologías respiratorias, entre las más habituales.
La salud laboral implica desarrollar el
trabajo en un ambiente digno con condiciones de trabajo justas, además de un
clima laboral armonioso y de respeto mutuo.
Un entorno laboral negativo genera malestar,
un ambiente de tensión y estrés, lo que se deriva en poca productividad, poco
compromiso con la organización.
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